viernes, 26 de noviembre de 2010

900 euros por fingir una violación

La fiscalía solicitaba una multa de 4.500 euros por simular un delito que alarmó a compañeros, sindicatos y empresarios

 
 
26.11.10M. C. R. D., la vigilante de seguridad que en agosto de 2009 aseguró haber sido violada por dos individuos en las obras de construcción que custodiaba en Ciaño, reconoció ayer haber fingido la agresión sexual. Aceptó ser autora de un delito de simulación por lo que el juicio, finalmente, no se celebró, al asumir el pago de una multa de 900 euros (a razón de 5 euros diarios durante seis meses, con responsabilidad subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas impagadas). La sanción es muy inferior a la que solicitaba la fiscal, que reclamaba que abonase 4.500 euros o, lo que es lo mismo, 15 euros diarios durante diez meses.
 
Cuando aún no se sabía que era una falsa denuncia, la historia de su agresión sexual causó una gran alarma en Asturias. La vigilante jurado custodiaba sola y desarmada las obras de una superficie comercial de Ciaño, una situación que fue criticada por sindicatos del sector, asociaciones profesionales y compañeros. M. C. R. D., de 38 años, acudió el 22 de agosto de 2009 a la comisaría de Langreo. Según la fiscal, «a sabiendas de que faltaba a la verdad», declaró que sobre las cinco de la madrugada, cuando se encontraba trabajando como vigilante de seguridad en unas obras del distrito langreano de Ciaño, se presentaron dos chicos, «que ocultaban su cara con dos pañuelos. Dijo -prosigue el ministerio público- que uno de ellos llevaba un cuchillo y que, tras amenazarla y sujetarla por los brazos, le quitaron la ropa y mantuvieron relaciones sexuales con ella en contra de su voluntad».
 
Tras denunciar los hechos y ser trasladada a un centro sanitario para comprobar sus lesiones (fue vista incluso por un médico forense que recogió muestras, que fueron enviadas al Instituto Nacional de Toxicología), la Policía de Langreo-San Martín del Rey Aurelio comenzó a investigar el suceso. Pasadas las primeras horas, fuentes policiales indicaron que no se habían producido detenciones al estar las pesquisas «en la fase previa» de comprobaciones. La falta de coherencia de la declaración y la inexistencia de lesiones llevó a la Policía a llamar a la presunta víctima a una segunda declaración. En ella se desplomó y reconoció que los hechos denunciados no habían ocurrido.