lunes, 22 de noviembre de 2010

Conversiones del 6,8 Remington SPC para los AR-15: ¡¡¡Ya en España!!!

Es notable el número de aficionados españoles a los que gustan las armas largas de origen militar. También es grande el colectivo a los que satisface más el empleo de municiones especialmente potentes. Entre ellos, muchos son seguidores de un diseño ya casi mítico, el del fusil M16 y sus derivados: el compacto M4 y los civiles AR-15. Todos ellos están ahora de enhorabuena, pues desde hace poco están disponibles en España unas conversiones que permiten transformar, de forma rápida, sencilla y eficaz, las versiones deportivas de los del último modelo en una opción bien distinta, con un mayor alcance, más versatilidad y una extraordinaria precisión.

Texto y fotos: Octavio Díez Cámara
* Este artículo incluye 15 imágenes con sus correspondientes comentarios en la edición impresa del número 326.
La novedad que ocupa estas páginas son unos “kits” que la armería Casa Puntos, radicada en Pamplona (Navarra), está importando para que los aficionados puedan darse el gusto de disparar la misma munición que, oficialmente, se está evaluando por parte del Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos, el USSOCOM (United States Special Operations Command). Seguramente, sobre el terreno afgano ya hay armas adaptadas a ella participando en los combates, pues Barrett comenzó a fabricar ya hace unos años los fusiles M468 que lo disparan y mantienen las características básicas de la serie M4.

Potencia y precisión

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El cartucho en cuestión no es otro que el poco difundido 6,8mm Remington SPC (Special Pourpose Cartridge), concepto de 6,8×43mm que surgió sólo hace unos pocos años para dar respuesta a una necesidad militar concreta: la de transformar los M16/M4 para que se adaptasen mejor a las condiciones de los escenarios bélicos más recientes, especialmente Afganistán. Allí, los enfrentamientos solían tener lugar en amplios espacios, por lo que las armas tenían que tener una potencia suficiente como para neutralizar a los insurgentes y talibanes a distancias superiores a los trescientos/cuatrocientos metros que son lo óptimo para diseños recamarados para el estandarizado 5,56×45mm.

Este último, ampliamente difundido entre los ejércitos de todo el mundo y con gran similitud con el .223 Remington, tiene ciertas ventajas, pero adolece de algunos problemas, sobre todo porque sus proyectiles estándar son de 55 grains, aunque algunas unidades militares de tipo especial han adoptado otros que superan los 70 y les posibilitan alcances de unos seiscientos metros. En esa lucha los militares occidentales se enfrentan a colectivos que suelen emplear rifles bastante anticuados y los ubicuos AK-47 “Kalashnikov”, fusiles con dos bazas especialmente positivas: una es su diseño a prueba del trato más duro; otra es que emplean cartuchos del 7,62×39 que destacan por ofrecer una potencia intermedia y un buen nivel de incapacitación.

Fueron expertos del USSOCOM los que pusieron a punto el concepto del 6,8mm Remington SPC. Para lograrlo partieron de las vainas del .30 Remington y, con una carga de pólvora suficientemente potente, proyectiles que pesan 115 grains. La combinación consigue un 40% más de energía cinética que el 5,56×45mm en un rango de hasta 300 metros. Además, el peso de sus proyectiles hace que sean menos sensibles que los más ligeros a las ráfagas de viento que puedan encontrarse mientras vuelan hacia el punto de impacto; todo ello, manteniendo unas cotas que, en lo que atañe a su longitud, son casi idénticas entre el 6,8mm Remington SPC y el 5,56×45mm.

Esas cualidades atrajeron pronto a los militares estadounidenses, porque, además, el conjunto de transformación de sus fusiles estandarizados era fácil de incorporar, al haberse diseñado el cartucho para acomodarse al diseño de la parte inferior, el “lower receiver”. Los cargadores normales lo admiten si se sitúan en su interior unas pocas municiones, por lo que se concibieron otros, más rectilíneos, que tienen una capacidad para 10 cartuchos, como los de la estadounidense Pro-Mag que se suministran con los conjuntos de transformación que aquí les mostramos.

Mientras los militares siguen valorando los pros y contras de su posible adopción, han sido los deportistas yanquis los que se han animado a usarlo, porque ventajas tiene muchas, sobre todo para aquellos que buscan algo más de lo que es capaz el diseño clásico de los AR-15 semiautomáticos que ellos usan. En Europa, siempre vamos un poco rezagados respecto a ellos, pero se ha dado el caso de que siempre hay alguien que “vela por los intereses” del colectivo de tiradores españoles y se interesa por satisfacer la inquietud de algunos.

Este es el caso de Juanjo, el técnico de la armería pamplonica Casa Puntos. Su buen hacer como armero lo ha dejado claro a través de distintos proyectos surgidos de sus manos en los últimos años, algunos de los cuales ya les he presentado en estas páginas. Ahora, se ha decantado por distribuir “kits” de transformación del 6,8mm Remington SPC que se adaptan, sin ningún problema, al diseño AR-15, modelo del que varios cientos, sino miles, se han distribuido ya entre los tiradores españoles.

Opción interesante

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Su propuesta va más allá de un clásico conjunto de transformación que puede colocarse en el arma retirando sólo dos pasadores, por lo que el cambio se produce en, aproximadamente, medio minuto. Lo que ellos ofrecen es un “concepto” que busca que el cliente sea el que solicite o se decante por las distintas posibilidades que se ofertan, asegurando que el nivel de satisfacción del usuario final sea óptimo.

Lo es en varios aspectos. Empezando por el precio, pues a partir de unos ochocientos euros ya están disponibles opciones, siendo unos mil quinientos los que se solicitan por aquellas más elaboradas y que ofrecen las prestaciones más notables. De momento, se trabaja con versiones tipo Match en las que, como puede verse en las imágenes que acompañan estas páginas, su principal aportación viene definida por la rotundidad de su concepto y su precisión superlativa. A corto plazo van a estar disponibles también otros diseños más convencionales y similares a lo que serían aquellos destinados al entorno profesional.
Lo que ya se está comenzando a distribuir, con usuarios satisfechos en distintos puntos de España, es un concepto más deportivo, del que los tiradores civiles podrán extraer su máximo potencial. La opción más sencilla, y por añadidura más económica, consiste en un cañón que puede sustituir a los del .222 Remington de algunas variantes optimizadas para el tiro a larga distancia y con más precisión. Es del tipo Match y lo fabrica una conocida firma germana que goza de una larga tradición y suministra sus productos a algunas estadounidenses que, por poner un ejemplo, incluyen Knight’s Manufacturing que los monta en sus XM-110 de alta precisión.

Se trata de un conjunto obtenido de un bloque de acero, mecanizando para dejar su contorno exterior en un grosor que en su parte más próxima a la recámara es de 26,6 mm y en la parte delantera, la más cercana a la boca de fuego, de 23,3. Con un diámetro superior a la pulgada, y un peso que es característico, se consigue una disposición que soporta bien sesiones de tiro en la que se disparan decenas y decenas de cartuchos. Además, la masa ayuda a contrarrestar el retroceso, aunque el resultado final no es especialmente liviano.
Disponible en longitudes que incluyen las clásicas de 20 y 24 pulgadas, a las que se añaden otras mayores o menores según lo solicite el cliente, lo que le da su máximo potencial es el ánima obtenida por martilleado en frío y pensada para estabilizar al máximo los proyectiles, consiguiendo precisiones especialmente satisfactorias y que se sitúan en torno al minuto de ángulo (MOA, Minute of Angle), aunque con cargas optimizadas y en manos de un tirador experimentado pueden ser inferiores a ese ratio. El ánima incluye un paso de estrías de 1:10, el más adecuado para las cualidades del cartucho que dispara; destacable también, como se observa en las fotos que acompañan estas páginas, es la boca de fuego, con un rebaje que evita que un golpe accidental pueda dañar a las estrías en ese punto tan sensible.

Necesario, para complementar al cañón es un bloque de cierre que se adapte al nuevo cartucho, pues su culote es algo mayor que el del original. Puede optarse por sustituir la cabeza del cierre o por modificarla ligeramente, que es lo que se hace en el caso que nos ocupa.

Satisfacer al cliente

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Partiendo del anterior, que está disponible ahora en el acabado brillante característico del acero inoxidable en el que se fabrica o en una opción que ha recibido un chorreado exterior para hacerlo mate –para evitar reflejos delatadores de la posición propia o para adaptarse a los gustos de determinados usuarios–, se ofrecen conversiones que “quita y pon”, para facilitar el tránsito del calibre original a esta nueva opción.
Las que en nuestra visita a Casa Puntos pudimos probar incluyen un “upper receiver” –la parte superior del armazón de los AR-15– que sigue el concepto A3, con un raíl integrado en su parte superior en sustitución del asa clásica que acogía el alza y servía para asir el fusil durante su transporte. Se permite así, siguiendo un concepto que cada vez cuenta con un mayor número de adeptos, situar en ese lugar un visor óptico de puntería, logrando así una mejor observación del objetivo y una puntería mucho más acorde con las prestaciones del conjunto.

Se emplean en el montaje de estas conversiones materiales de los fabricantes más conocidos, pues se busca que el nivel final sea el óptimo. Además, cada cliente puede escoger entre distintas opciones y configuraciones, lo que busca satisfacer a quienes por este tipo de opción se decanten. En todo caso, téngase en cuenta que puede considerarse a Juanjo como el mejor experto en ese concepto de entre todos los armeros españoles, pues lleva bastantes años montando distintos tipos de conversiones, especialmente las Match del .222 Remington que sigue distribuyendo, para todos aquellos que por ellas se decantan.
En esa línea de producto, a la que se suma la nueva opción que les mostramos en este artículo, se enmarcaría el deseo de muchos aficionados de evolucionar hacia conceptos más elaborados, sin perder las aportaciones que le son clásicas a los AR-15. Se trataría de mantener una segunda conversión –o más de una para los que puedan permitírselo–, que convenientemente guiada/os junto al arma principal, serían usada/os de forma complementaria. La distancia de tiro, el uso que se le quisiera dar y otros aspectos marcarían cuál es la mejor selección en uno u otro momento.

Respecto del 6,8, están disponibles en nuestro país los Remington, de la serie Core-Lokt Ultra con puntas de 115 grs. No obstante, porque su precio es elevado, es aconsejablela recarga, lo que añade aún más posibilidades entre tipos de pólvoras, cargas o proyectiles.

Conjunto de interés

Por lo reseñado, y por la aportación tecnológica que supone la reciente munición, es más que interesante la adopción de uno de estos conjuntos. Los amantes de los AR-15 ya han comenzado a interesarse por ellos y hay algunas conversiones ya distribuidas.
Ya se sabe que la exclusividad tiene su precio y en este caso se corrobora esa afirmación. Lo que sucede, es que se trata de “kits” de transformación únicos y difíciles de obtener por otras vías. Nosotros los hemos probado y el resultado obtenido con ellos ha sido especialmente positivo. •

Imágenes